La presidenta argentina Cristina Kirchner inaugurará el martes en Montevideo una planta construida por una empresa argentina, en una breve visita que busca dar nuevo impulso a la integración energética entre los dos países, cuya relación se ha visto empañada por diversas diferencias.
A poco de llegar, Kirchner se reunirá con su par uruguayo José Mujica, en la refinería de la estatal uruguaya Ancap en La Teja, en la bahía de Montevideo, donde la mandataria inaugurará poco después del mediodía una planta desulfurizadora.
La planta, de un costo de 360 millones de dólares y considerada por el gobierno uruguayo la mayor obra medioambiental en la historia del país, fue construida por la argentina AESA, empresa de YPF, y cuyo personal se ocupará durante un año de su operación.
La flamante desulfurizadora permitirá el desarrollo de una nueva generación de combustibles limpios, reduciendo un 99,5% el azufre del gasoil y un 85% el de las naftas, lo que permitirá que cumplan los nuevos estándares del Mercosur.
La oportunidad será aprovechada para la firma de un borrador de acuerdo para el futuro suministro de gas a Argentina, cuando en Uruguay se instale una terminal de gas natural licuado en la costa de Montevideo.
“Tenemos preparado un borrador entre Ancap e YPF, donde se crea un grupo de trabajo para estudiar el futuro abastecimiento de gas de Uruguay a la Argentina y la futura sinergia entre la planta regasificadora de Gas Sayago y el Sistema Gasífero Argentino”, adelantó el lunes el presidente de Ancap Raúl Sendic.
El proyecto de la planta, que se espera esté operativa en 2015, fue lanzado con bombos y platillos en junio de 2010 como un emprendimiento conjunto con Argentina, pero ante las sucesivas postergaciones por parte del gobierno de Kirchner, Mujica decidió seguir adelante en solitario con el plan, que considera prioritario para diversificar la matriz energética del país.
Antes del acto oficial de inauguración, Kirchner recibirá en la misma refinería las llaves de la ciudad de Montevideo de manos de la intendenta Ana Olivera, una distinción que generó el rechazo de la oposición política uruguaya.
En una declaración emitida el lunes, los ediles de los opositores Partido Nacional y Partido Colorado manifestaron “su más enérgico rechazo” a la entrega de la condecoración, afirmando que Uruguay “se ha visto perjudicado por una serie de medidas” asumidas por Kirchner.
Desde la comuna, el director de relaciones internacionales de la Intendencia, Ruben García, defendió la decisión.
“Las relaciones con un país como Argentina, que es un país hermano, son muy importantes y, si en un momento como este en el que el Ministerio de Relaciones Exteriores nos confirma que es la oportunidad, la intendencia dijera que no, sería una grosería diplomática de tamaño monumental”, dijo el jerarca a radio El Espectador.
Entre los múltiples presidentes que han recibido las simbólicas llaves de la ciudad están el francés Jacques Chirac, George Bush padre, el brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, los venezolanos Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el boliviano Evo Morales y el mexicano Vicente Fox. El argentino Néstor Kirchner recibió las llaves en 2003.
Desde su llegada al poder, en 2010, Mujica ha defendido la necesidad de mantener buenas relaciones con su vecina.
Pero de hecho, la relación con Argentina ha estado empañada en los últimos años por una disputa ambiental sobre el fronterizo río Uruguay, el dragado del canal Martín García de administración compartida, o las medidas proteccionistas al comercio exterior aplicadas por Buenos Aires.
En ese marco, el gobierno uruguayo ha fortalecido su relación con Brasil con la firma de un acuerdo de complementación económica y la creación de una comisión bilateral para resolver los problemas comerciales entre los socios.
El canciller uruguayo Luis Almagro indicó la semana pasada que hay que “empezar a recorrer algunos de estos caminos con Argentina”, lo que “sería un buen camino para resolver gran parte de los obstáculos comerciales que hemos atravesado este tiempo y que nos han demandado mucho esfuerzo”.
Según una encuesta de la consultora local Radar, -que pidió a los encuestados que calificaran en una escala del 0 (pésima) al 10 (excelente) a los presidentes de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Bolivia, Estados Unidos y Venezuela- los uruguayos tienen una débil opinión de la presidenta argentina.
Kirchner, con un promedio de 3,1, fue la presidenta con la aprobación más baja, y Argentina fue el peor calificado con 4,4.
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